Gordofobia internalizada

La última vez que fui a mi Centro de Salud, mi enfermera me pesó.

Resulta, que desde la última vez había engordado casi 10Kg. Me lo dijo alarmada y muy preocupada. Me estaba regañando.

Salí llorando de la consulta. ¿Cómo era posible que hubiera engordado tanto?

Gordofobia y patriarcado

Al rato, llamé a una amiga y junto con ella, pude ver cómo la gordofobia y el patriarcado estaban volviendo a librar una batalla en mi cuerpo.

¿Acaso me preguntó por la posibles causas de esa subida de peso?

Resulta que la vez anterior estaba especialmente delgada, y no precisamente por tener buena salud. Estaba en un momento muy estresante y con mucha ansiedad, además de estar tomando una medicación que me quitaba el hambre

Cuando al año siguiente me pesó de nuevo, además de estar mucho más tranquila, había dejado de fumar, lo que me ha llevado a sumar algunos kilos más.

Tampoco me preguntó si tengo amigas, si leo, qué tal me va con mi pareja o con mi familia, si tengo trabajo y me gusta, si tengo satisfechas mis necesidades básicas, si llego a fin de mes…

Y tampoco la voy a criminalizar, también es una mujer que vive bajo el yugo de la sociedad patriarcal en la que lo peor que le puede pasar a una mujer es ser gorda. Ella se estaba preocupando por mi.

La sociedad patriarcal en la que he crecido ha expoliado mi cuerpo. Lo ha convertido en un campo de batalla donde el patriarcado me hace sentir que nunca seré suficientemente adecuada.

Siempre con miedo a estar gorda, a no encajar, a no caber…

¿Adecuada? a unos cánones impuestos, irreales, machistas y que ni siquiera sé si me pertenecen.

Para mí, la revolución está en el cambio de paradigma; en pasar de ser objeto de deseo a sujeta deseante. Se dice pronto, pero la lucha es agotadora.

A mi cuerpo se le ha expoliado, pero ya va siendo hora de reconquistarlo.

La gran Iranzu Varela nos lo explica que es una maravilla.

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